sábado, 3 de marzo de 2007

La llegada de la Emperatriz!

Hace apenas unos minutos andaba mirando páginas de gatos en adopción, normalmente cuando veo cosas de este estilo la sangre se me hiela y se me encoje el corazón al ver a tantos lindos gatos que han sido abandonados y rescatados de porque no decirlo de una muerte segura. Se preguntarán a que viene este título pero es sencillo, viendo estas cosas es inevitable que a parte de la tristeza recuerde la llegada de una bolita peluda a mi vida, hace ya cuatro años y dos meses cuando por casualidad me encontré con la Emperatriz Astrid.

El 22 de diciembre de 2002 fue un mal día para mi sin saber que cambiaría esa noche toda mi vida, había tenido una gran bronca con mi familia pero finalmente las cosas se tranquilizaron y para compensar un poco los malos ratos salimos a buscar unas películas al videoclub de al lado de casa. Quiso el destino entonces que una de las que queríamos no estuviera disponible con lo que decidimos ir a otro que estaba también bastante cerca. Fue en este camino en el que en un callejón oscuro se encontraba ella, normalmente no miraba nunca allí porque sabía que muchos gatos andaban por ahí y me mataba verlos aunque alguna vez miraba de refilón.

En medio de la gélida noche y tras días de heladas continuas allí al final del callejón estaba un saquito de huesos gris sentado en el centro esperándome, nunca antes me había llamado tanto la atención un gato y eso que ya teníamos uno en casa y desafortunadamente hay a montones en las calles, pero aquella gatita sentada era especial. La llamé sin pensarlo (cosa que nunca hacía) y sin más ella vino a mi con mucha alegría, cuando llegaba yo me agaché y ella delicadamente se echó a mis brazos, ese momento me dejó impresionada, parecía como si hubiera estado esperándome y me recibiera. Enseguida se puso a ronronear y a mordisquear con cariño mi bufanda mientras yo la abrazaba. Mi madre y mi abuela también se quedaron sorprendidas y pronto todas estábamos que se nos caía la baba. Recuerdo que para mi interior pensaba que por dios pudiéramos llevárnosla a casa porque no podría separarme de ella, cuando mi abuela planteó el quedárnosla, increíble!!! como teníamos ya un gato mayor ella siempre decía que otro ni soñarlo, pero es que la pequeñaja se hizo querer. Eso si antes la preguntilla de si era gato y no gata, porque según le habían contado las gatas juntarlas con un gato podía ser peligroso y demás cosas. Por suerte mi madre dijo que no que era macho, y eso que fue la única en darse cuenta en que era en verdad una gata y no un macho, pero gracias a dios.

Así que la llevamos a casa, menos mal que el camino era corto porque al cruzar los coches la sacaban de quicio, pero al poco estuvo a salvo y en su nuevo hogar. El primero en dar su disconformidad fue nuestro gato Rufo al que no le sentó bien la llegada de una nueva compañera pero optó por bufarnos y marcharse debajo de su cama preferida. Mi madre y yo mientras bañamos a Bartok (nombre que le pusimos pensando en que era macho), pobre animal estaba tan sucio que estaba tan quieto mientras lo lavábamos y hasta el contacto con el agua no le importaba.
Después una buena comida a base de primero jamón de york que le encantó y después de comida de lata, recuero que al cogerla era puro hueso tanto que mi madre la llamaba hilito mientras le dábamos sus manjares,y que agradecida estaba mi niña, sin separarse ni un minuto de mi.

Pero lo mejor de aquel día fue la hora de irse a dormir, yo la llevé en brazos a mi cama porque prácticamente aquel bichito me había enamorado con sus grandes ojos verdes. La puse sobre la cama, en su cara se veía la satisfacción de pisar una cama con sus patitas, luego al meterme yo en la cama la coloqué dentro conmigo, ella sin pensarlo se pegó a mi poniendo su cabezita en la almohada juntando nariz con nariz (claro la mia) y ese momento fue uno de los mejores de mi vida ver a aquella hermosura tan delgadita con esa cara de haberlas pasado duras sin cariño, y que ya desde el principio me estaba dando todo su cariño y confianza. No se quien de las dos sería más feliz, ella seguro pero sin duda ese día fue mágico y especial para mi y por mas tiempo que pase seguirá en mi mente como si fuera ayer, pero algo si diré más, le doy las gracias por haberme esperado ese día porque la vida sin ella no sería lo mismo.




Resumiendo ya un poco, al día siguiente la llevamos al veterinario, fue allí donde nos dijeron que aunque aquella cosita era tan pequeña y escuálida tenía ya unos ocho meses y como no que era hembra. Después de sus vacunas le compramos varias cosas necesarias y nos volvimos a casa. Fue en el camino que le buscamos un nombre de gata cuando de repente me vino el de "Astrid" y con el se quedó. Una curiosidad es que Astrid es nombre de emperatriz de ahí este título, y que el significado de este nombre es "amada por los dioses" cosa que no me extrañaría con lo cariñosa que es. Pero mejor otro día os cuento más de ella para que esto no sea eterno vale?.

Con toda esta historia cuando veo a animales abandonados me pierden la pena y la rabia, tantos abandonos, tan poca conciencia con este tema, el bandalismo hacia estos pobres animales que viven en la calle, y sobre todo el ver en las tiendas de mascotas como desquician a los cachorros en esos frustrantes cubículos, para venderlos por un dineral y que en muchos mas casos de los que se piensan acaban abandonados. Por eso no se gasten dinero en un animal allí, sólo han de salir y buscar que enseguida se encuentran tristemente, podrán vivir una historia como la mía con Astrid y tener a alguien que te de todo su amor de por vida.

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.